El maestro pacientemente prosiguió la enseñanza a sus seguidores, respondiéndoles que el hombre que legalmente, según las leyes establecidas por los fariseos, iniciaba la separación del pacto (Keritut. Romper el pacto) con su esposa y se unía con otra mujer en “casamiento,” y posterior relación sexual, está en contra de la voluntad de Dios establecido en Génesis 2: 23-25. Y está viviendo en pecado.