El Señor Jesús les predica por tercera y última vez acerca de su muerte y resurrección (vrs. 8:31, 9:31) Solo que ahora es más específico con respecto a su calvario por parte de su pueblo, de los cuales sólo recibió su traición (paradidomi) entregándolo a los romanos; 34. Les describe que su martirio será acompañado de burlas, de golpes y le escupirán como señal de rechazo y menosprecio finalmente asesinándolo. Sin embargo, al tercer día Él se levantará de la muerte a vida.