Petición de Santiago y de Juan, Mr 10: 35-45 

Mr 10:45 “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”  

El más grande ejemplo de servicio y entrega en el Reino de Dios, indiscutiblemente lo da el Señor Jesús. La muerte redentora y sustitutoria del Mesías por el hombre pecador ha sido y será el mayor acto de amor, servicio y entrega, para liberar al hombre cautivo por el pecado. (Fil. 2:5-8) “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”.

De esta manera apaciguar la justa ira divina ante la rebeldía del hombre, mostrada desde el Edén (Génesis 3:15)