Mr 11:25-26 “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas." 

El asunto de la higuera seca trajo más relevancia y además destacó otros temas de suma importancia. Jesús aprovechó también este momento para recordarles acerca del perdón durante el periodo de la oración. ¿Cómo podríamos esperar recibir perdón de Dios al no ser capaces nosotros de perdonar a otros?

Anteriormente Jesús ya había dado indicaciones al respecto (Mt 18:35) y comentó que dicho perdón debía ser otorgado de todo corazón y bajo la misma gracia que hemos recibido (Mt 18:33). Estas indicaciones concuerdan perfectamente con la enseñanza recibida por los discípulos el día que Jesús les enseño a orar (Mt 6:12). Recalcó también que debemos otorgar el perdón a nuestros ofensores, así como Dios nos ha perdonado (Mt 6:14,15).