La cuestión del tributo, Mr 12:13-17 

Mr 12:17 “Respondiendo Jesús, les dijo: Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaron de él.”  

Si el Cesar pedía el impuesto y la moneda tenía su imagen e inscripción, entonces le pertenecía al Cesar, por lo tanto tenían que devolverle a él esa moneda, porque era lo que le pertenecía (Romanos 13:7); ésta conjunción “y” hace referencia a una diferencia que hay entre dar al Cesar y “a Dios lo que es de Dios,” por tanto darle a Dios lo que le pertenecía, era darle todo el “ser”, pues cada persona es imagen y semejanza de Dios. Lo que estaba respondiendo Jesús, era una revelación al hombre, pagar impuestos era importante, puesto que estaban sujetos a un gobierno humano, pero también era muy importante darse ellos a Dios, porque pertenecen a su reino. “Y se maravillaron de él,” quedaban perplejos de esas respuestas tan sabias que Jesús daba, porque mostraban que Él no se oponía al gobierno, pero que estaba interesado en el caminar del hombre.

Nota doctrinal: Dios manda respetar a las autoridades superiores, pues son el gobierno terreno, y se debe estar sujetos a las mismas. Romanos 13:1-8 es todo un decálogo paulino cumpliendo la ley de Cristo, establece entre otros puntos: “sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas” La responsabilidad del cristiano es orar para que se elijan autoridades justas y respetuosas de la ley. Esto muchas veces se olvida, amparándose en la idea de no involucrarse en política y como consecuencia los gobernantes que dirigen en todos los niveles, no siempre se apegan a la justicia. Debemos estar sujetos al Señor y a la autoridad terrenal. (Ef 2:12-14; Fil 3:20).