El joven que huyó,Mr 14:15,16 

Mr 14:53-59 “ Trajeron, pues, a Jesús al sumo sacerdote; y se reunieron todos los principales sacerdotes y los ancianos y los escribas. 54 Y Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote; y estaba sentado con los alguaciles, calentándose al fuego Y los principales sacerdotes y todo el concilio buscaban testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte; pero no lo hallaban. 56 Porque muchos decían falso testimonio contra él, mas sus testimonios no concordaban. 57 Entonces levantándose unos, dieron falso testimonio contra él, diciendo: 58 Nosotros le hemos oído decir: Yo derribaré este templo hecho a mano, y en tres días edificaré otro hecho sin mano.59 Pero ni aun así concordaban en el testimonio”  

Jesús fue presentado ante el sumo sacerdote (Caifás) aunque también fue presentado ante Anás (Jn 18:13). Mientras que Jesús iba a ser interrogado, Marcos recalcó que Pedro lo siguió de lejos. Según el relato, Marcos dijo que Pedro permaneció sentado con unos alguaciles calentándose en una fogata, tal vez improvisada por ellos. Probablemente Pedro no recordaba lo que Jesús le había dicho sobre la dispersión de todos los discípulos por causa del temor.

Desde aquella hora todo el concilio busco testimonio para condenar a Jesús. Recordemos que el concilio estaba compuesto por los principales sacerdotes, ancianos y escribas y también se le llamaba “el sanedrín”, y que se le menciona varias veces en el Nuevo Testamento. A pesar de contar con muchos testimonios, no podían condenar a Jesús por dos razones; primero, porque los testimonios eran falsos; y segundo, porque estos testimonios se contradecían o no eran suficientes para declarar una condena de muerte.

Algunos acusaron a Jesús de haber dicho que derribaría el templo y luego construiría otro en tres días; lo cual para los sacerdotes era una ofensa grave. Para ellos el templo era sagrado, y proferir contra él era tan grave como una blasfemia. Sin embargo, este testimonio no les serviría suficiente ante las autoridades romanas.