Jesús es sentenciado a muerte, Marcos 15:6-20 (Mt 27:15-31; Lc 23:13-25; Jn 18:38-19:16) 

Mr 15:12-14 “Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué, pues, queréis que haga del que llamáis Rey de los judíos? 13 Y ellos volvieron a dar voces: !Crucifícale! 14 Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aun más: !Crucifícale! 

Respondiendo Pilato, les dijo otra vez. Poncio Pilato tuvo un verdadero problema. Por una parte, como se dijo anteriormente, no encontró justificación para condenar a Jesús, tres veces insistió en que Jesús no era culpable (Lc 23:22) y por otro lado, su esposa también opinaba que Jesús era justo (Mt 27:19). Cabe mencionar que “ni aun Herodes había hallado algo digno de muerte en él” (Lc 23:15), lo cual era una razón suficiente para soltar al acusado, sin embargo, el pueblo dio voces y gritaba aun más ¡crucifícale! y aunque Pilato exigía una explicación justificable para condenarlo el pueblo continúo pidiendo la crucifixión de Jesús.