Nota doctrinal basada en Marcos 16:17,18 

Mr 16:17-18 “Y estas señales seguirán a los que creen:”

Inmediatamente después de la encomienda de predicar el evangelio, Jesucristo menciona las señales que acompañarán al que comparta el evangelio en fe. Los creyentes no somos seguidores de señales, ellas nos siguen como indicadores de nuestra confianza en el Resucitado.

Primero: “En mi nombre echarán fuera demonios” Se menciona el poder del creyente sobre los agentes satánicos. El nombre del Señor es la fuente de la autoridad delegada a quien ministre liberación en los poseídos por las fuerzas del mal.

Segundo: “hablarán nuevas lenguas” Se menciona lo que se llama también la glosolalia. Los pentecostales hemos experimentado, desde un principio lo que se vivió en el día de Pentecostés y repetido continuamente en la vida de la iglesia primitiva, para dar fuerza a la doctrina que se mantiene hoy en día, de que la evidencia inicial del bautismo en el Espíritu Santo son las lenguas. Este pasaje refuerza esa experiencia para que sea permanente en la iglesia y aún se acompañe con el don de lenguas.

Tercero: “tomarán en las manos serpientes” Podría ser esta una promesa de victoria sobre los ataques de las tinieblas. Las serpientes aquí mencionadas no tendrían que ser literales sino simbólicas de las fuentes del mal.

Cuarto: “y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño” Los mensajeros del Señor podrían sufrir intentos de envenenamiento, cuando anuncien la Palabra en circunstancias adversas. Cristo asegura que no dañarán la salud del creyente.

Quinto: “sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”. La sanidad divina es una de las doctrinas fundamentales de las Asambleas de Dios. Se puede recibir salud por fe, en el sacrificio de Jesús.

Para meditar: La gran comisión nos compete a todos los creyentes. Debemos ir y predicar en obediencia al que vive para siempre. Las señales nos seguirán, ¿Existirá una labor más noble que ésta?.