Jesús explicó a sus discípulos que durante aquel tiempo se levantarían falsos Cristos, haciendo señales y prodigios para engañar a la gente. También les aseguró que muchos serían engañados a pesar de haber sido elegidos. La indicación de Jesús fue “no” creer a éstos, e insistió en tener cuidado con aquellos falsos profetas (vv. 23).
Tres cosas importantes podemos aprender acerca de estas declaraciones:
Primero, el enemigo puede emplear señales y prodigios para engañar y lograr desviar a los creyentes del camino (Ex 7:11,12).
Segundo, el exceso de confianza en sí mismos revela peligro y fragilidad frente a los engaños de los falsos maestros y profetas, quienes buscan envolver con mentiras a los escogidos, por lo tanto, si pensábamos estar firmes, asegurémonos aun más (1 Cor 10:12)
Tercero, el hecho de que Jesús les haya advertido dos veces a sus discípulos acerca de tener cuidado (v. 23) indica que estos eventos no serán hechos aislados, y sin duda los creyentes serán expuestos a esto. Por lo tanto, los creyentes deberán mantenerse alerta ante cualquier doctrina torcida, milagros portentosos y ministerios que se presentarán como enviados de Dios.