El endemoniado Gadareno, Mr 5:1-20 (Mt 8.28-34; Lc 8.26-39) 

Mr 5:6-7 “Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él. 7Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes”. 

El demonio principal que estaba en este hombre sabía perfectamente quién era Jesús, conocía su origen divino y el poder que había en él. De inmediato corrió al encuentro con Jesús, y se arrodilló, aunque no lo adoró como Señor. Al contrario, trató de tomar control de la situación, pero al mismo tiempo reconoció la deidad de Jesús, al identificarlo como la segunda persona de la Trinidad llamándole Hijo del Dios Altísimo.

Texto doctrinal: Sobre el título Hijo del Dios Altísimo que usa el demonio en esta escena puede decirse que: el testimonio que encontramos en las Sagradas Escrituras con el uso de la expresión “Hijo de Dios” aparece primeramente en la escena del bautismo de Jesús, según Mateo 3:16.17. El título Hijo de Dios pertenece al orden de la eternidad, y el titulo Hijo de Hombre al orden del tiempo (Mt 1:21-23; Heb 1:1-13;7:13; 1 Jn 3:8; 2 Jn 3).