Lo que contamina al hombre, Mr 7:1-23 

Mr 7:14-16 “Y llamando a sí a toda la multitud, les dijo: Oídme todos, y entended: Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre. Si
alguno tiene oídos para oír oiga”.

Los rituales que practicaban, como el lavamiento de manos, era lo que los purificaba; pero ahora Jesús les está expresando que “nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar”, ¿cómo es posible eso? Si realmente lo exterior no puede contaminar al hombre ni purificarlo, ¿cuál es el sentido de los ritos? No era posible, ningún judío creía esto pues habían sido enseñados en la tradición. Lo que escuchaban los dejaba perplejos pues en Levíticos 11 tenían una larga lista de los animales inmundos que no podían comer, y ahora estaban escuchando que nada de lo que comieran los contaminaba; Jesús estaba rompiendo con sus paradigmas, sin embargo no lo pudieron discernir ni lo entendían.

Por eso Jesús dijo “pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre”. Lo que realmente contamina al hombre no está afuera, sino dentro de él, lo que guarda en el corazón, sus palabras y sus acciones; lo que estuvo antes en su mente, esto es lo que hace que el hombre se contamine.

Nota devocional: Al usar la expresión “si alguno”, Jesús indica que no todos los que estaban le escuchaban. ¿Qué tanta capacidad tenemos para escuchar y poner en práctica la Palabra de Dios y atender lo que le quiere decir? En este tiempo se requiere atender la voz de Dios.