Jesús sana a un muchacho endemoniado, Mr 9: 14-29 

Mr 9:28-29 “Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno”.  

La escena pasa del lugar público a la privacidad de una casa, los discípulos se sienten en una situación bochornosa por su ineptitud, más que por haber confiado en sí mismos por haber ya liberado a otros de demonios. Jesús afirma que para ser victoriosos en estas situaciones debe existir una vida de constante y disciplinada dependencia de Dios y no de logros; como Jesús en Getsemaní quien pidió al Padre que pasara ese trago amargo de la cruz, pero que finalmente fuera hecha la voluntad del Padre y no la suya (14:36), lo cual es el modelo perfecto del discípulo.