Mateo 18:12-14 “¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado? Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla, que por las noventa y nueve que no se descarriaron. Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños”.

Muestra la gran importancia que tiene cada persona para su salvador y lo ilustra en esta parábola donde el pastor acude al rescate de aquella que se ha perdido, las ama a todas por igual pero en un momento dado alguna de ellas requiere de mayor atención: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” (Jn 10:11), tanto que dejara a las demás seguras en el redil, buscará a la descarriada, y la traerá alegre de regreso ya que por todas pagó el mismo precio.

Para Meditar: La parábola de la oveja perdida menciona la preocupación y cuidado del pastor que bien puede marcar un lineamiento para los pastores actuales, donde su trato con la congregación debe ser equilibrado sin menospreciar a nadie e incluso luchar hasta donde se pueda con la discriminación en cualquiera de sus expresiones, recordando siempre que cada alma es importante para el señor y algún día pedirá cuenta de cada una de ellas (He 3:17).