La confianza, la fidelidad, las competencias para una excelente administración y la segunda venida de Jesucristo, son algunas de las enseñanzas que el maestro nos deja en esta parábola.
Para Meditar: El hombre que sale de viaje es una referencia directa a Cristo mismo. Del griego ἀποδημέω (apodēmeō): salir de viaje, irse lejos de viaje. Con esta expresión da entender que tardaría en regresar, de ahí la encomienda para que negocien, con la plena confianza depositada en cada uno de ellos; se infiere que sin menoscabo de estos negociadores, este hombre conocía las capacidades de cada uno de ellos. De ahí la decisión para asignarles cinco, dos y un talento respectivamente.
En ocasiones los humanos quieren imitar las capacidades y los éxitos de otros, pero Dios conoce a cada ser persona y sabe exactamente hasta donde puede resistir una carga o responsabilidad. Cuando este señor asigna los talentos, lo hace “a cada uno conforme a su capacidad”, esto significa las destrezas personales para hacer el trabajo. Aunque al que se le dio cinco talentos tenía mayor responsabilidad y riesgo para negociarlos, la confianza plena estaba depositada en cada uno de ellos no importando el número de talentos asignados.
No se trataba de menospreciar a ninguno, se trataba de una asignación sencilla, lo que hoy se conoce como “competencias”, no de competir, sino de las capacidades para desarrollar un trabajo o profesión. Y así pasa en el organismo denominado iglesia, ésta es comparada con un cuerpo, el cual tiene muchos miembros pero es un solo ente.
Cada miembro del ser humano tiene diferentes habilidades que, por un lado, van vinculadas a los talentos innatos o adscritos, es decir, que se nacen con ellos, y, por el otro lado, las habilidades extraordinarias que Dios Espíritu Santo concede a cada miembro del cuerpo de Cristo, estos últimos son conocidos como Dones espirituales, estos dones no son ni adscritos ni adquiridos, solo son recibidos por la gracia de Dios y ejercidos en el contexto del reino de Dios y su iglesia.
Es probable que algunos cristianos tomen la decisión de no corresponder a la confianza depositada por su señor en el ejercicio de algún talento. No se trata de cantidad, sino de fidelidad, Jesús conoce todo de la vida de sus seguidores, a él nada le toma por sorpresa. En esto no solo influye el temor del tercer siervo al cual se le dejó un talento para que negociara, en los tiempos posmodernos, los obstáculos pueden ser desde distractores a través del ocio, hasta una vida indisciplinada o rebelde.
Notemos que los dos primeros administradores al rendir cuentas a su señor y haber duplicado la ganancia, se le concedió el título tan repetido cuando un siervo o sierva pasa a la presencia del Señor: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor”.
El tercer siervo con un solo talento por cuidar, administrar y negociar, con menos riesgo y trabajo para hacerlo, sin embargo, el temor a una represalia de su señor que él consideraba duro le impidió entregar buenas cuentas; de acuerdo al nivel que habían marcado sus compañeros, solo tenía que entregar un solo talento de ganancia para haber tenido la misma aprobación de su señor.