La petición de Jesús para que sus discípulos le apoyaran fue real y verdadera, para él era de suma importancia recibir esta ayuda, el ataque era serio y solo con la ayuda de Dios y de sus compañeros lo podía superar. ¿Dónde quedó la respuesta firme y contundente de Pedro al asumir que no le negaría? La narrativa bíblica es más que elocuente: “Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño”, como el profeta Jonás en su momento, en lugar de estar clamando a su Dios, mientras todos los marineros lo hacían, este grupo de élite de Jesús, por el cansancio se quedó dormido, mientras la turba se acercaba para apresar a Jesús.
Para Meditar: La exhortación de Jesús para sus discípulos para que oraran y no entraran en tentación, es válida para todos los tiempos y para todos los cristianos. De hecho, la única manera por la que Jesús salió vencedor de ese huerto fue precisamente porque se plantó firme en el clamor de intercesión. No hay otra manera y no hay atajos, es la oración la que nos hace vencedores y nos da a conocer la vida de Dios en nuestra débil humanidad.