Pilato interroga a Jesús, Mt 27:11-14 (Mr 15:2-5; Lc 23:3-5; Jn 18:33-38)
Mateo 27:11-14 “Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y éste le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices. 12 Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondió. 13 Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti? 14 Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho”.

A Pilato lo han llegado a definir como un Deicida, un adjetivo que aplica a los que dieron muerte a Jesús o ayudaron a ella. Filón de Alejandría, el conciliador entre la filosofía griega y el judaísmo, llegó a decir de Pilato que era in individuo "venal, violento, rapaz, extorsionador y tirano".  Sin embargo, en términos generales Pilato se comportó con Jesús de manera tolerante y hasta dubitativo, recordemos que su esposa le envió un recado puntual: “Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él” (Mt. 27:19).

Cuando Pilato cuestiona a Jesús sobre la posibilidad que fuera el rey de los judíos, él responde afirmando sin conceder: “Tu lo dices”. En Lucas 23:2 podemos leer las acusaciones que la multitud le hizo frente a Pilato: “Y comenzaron a acusarle, diciendo: A éste hemos hallado que pervierte a la nación, y que prohíbe dar tributo a César, diciendo que él mismo es el Cristo, un rey”, todas estas acusaciones fueron hechas con la intención que Pilato le diera entrada al juicio sumario que se le estaba realizando a Jesús, pues tenían una connotación política y de amenaza a César el emperador.

En este escenario y contrario a la confrontación que Jesús siempre mantuvo durante su ministerio con el alto clero político de su tiempo, supo guardar silencio y no responder a cada una de las acusaciones insidiosas que el Sanedrín le hacía a tal punto que el mismo Pilato llegó a exclamar: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?

Asimismo, en este pasaje Jesús nos enseña el ejercicio de la templanza y el dominio propio ante situaciones totalmente adversas, el fruto de la lucha espiritual que mantuvo en el Monte de los Olivos estaba dando resultados así como el complimiento de cada una de las profecías.

Para Meditar: ¿Qué hacer ante acusaciones falsas? Y, ¿qué de las acusaciones que son verdaderas? Ante la primera pregunta, en los requisitos para los servidores el apóstol Pablo menciona -entre otros- que es necesario que el líder sea “irreprensible”, así como “que tenga buen testimonio de los de fuera para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo” (1 Ti. 3:2, 7). El hecho que sea irreprensible, no quiere decir que no haya acusaciones en contra del servidor, - el diablo siempre las hará- sino que éstas sean falsas, sólo así se podrá salir victorioso de estas batallas, como lo hizo el Señor Jesucristo. Respecto a la segunda pregunta, si son verídicas las acusaciones, entonces la vergüenza y el mal testimonio serán el resultado de estas situaciones, el mismo apóstol Pedro fue exhibido por el apóstol Pablo al comportarse de forma indigna: “Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? (Gá 2:14)