La resurrección, Mt 28:1-10 (Mr 16:1-8; Lc 24:1-12; Jn 20:1-10)
Mateo 28:10 “Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán”.

La declaración de Jesús “No temáis” al igual que la de los ángeles es para infundir confianza a las mujeres, pero aquí se declara una relación filial, donde el Hermano mayor, manda citar a sus hermanos refiriéndose a sus seguidores como “… mis hermanos,” ( Mt 12:50) y los cita en el lugar donde pasó la mayor parte de su ministerio, donde sin duda, juntos vieron las obras poderosas que Jesús hizo, pero a la vez, un lugar donde gran número de gentiles necesitaban escuchar las nuevas de su resurrección. Pero aun a pesar del testimonio de las mujeres, los discípulos seguían encerrados por temor a los judíos (Jn 20:19), es por ello que Jesús se reúne con ellos y más tarde en Galilea (Jn 21).

El Señor Jesús aparece a muchos durante los siguientes cuarenta días. A María Magdalena (Mr 16:9; Jn 20:11-18), a las otras mujeres ( Mt 28:8-10), A Pedro ( Lc 24:34)), a los discípulos en el camino de Emaús ( Mr 16:12,13; Lc 24:13-35);  a los diez discípulos (Lc 24:36-43; Jn 20:19-25), a los once, incluyendo a Tomás Jn 20:26-29),  en Galilea ( Mt. 28; 16-20; Jn 21;1-24), a quinientas personas ( 1 Co. 15;6), a Santiago y los apóstoles ( 1 Co. 15;7), en su ascensión ( Mr 16:19-20; Lc 24:50-53; Hch 1:4-12),

Después de su ascensión el libro de los Hechos relata la historia impactante donde aparece a Pablo en el camino de Damasco (Hch 9;4; 1 Co 15:8).