Nuevamente sale airoso de la agresión de los religiosos que no pudieron entender la naturaleza y origen de Jesucristo, pero Él tenía bien claro su llamado y misión y se retira a un lugar donde muchos vinieron a él con sincera necesidad, donde en otro tiempo Juan había predicado arrepentimiento, ahora el Maestro predicaba que el reino de Dios se había acercado y muchos reconocían sus señales, corroborando que lo que Juan había dicho de Él era verdad, y nuevamente el testimonio de Jesús era contundente y muchos creyeron en Él.