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El Verbo hecho carne (Jn 1:1-18)  

Jn 1:16-17 “Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo” 

Juan declaró por medio de estas palabras que en Cristo hay una provisión infinita del favor divino. De esa fuente inagotable hemos recibido una bendición tras otra. En Jesús no hay regateos y todo es plenitud. El agua que ofrece es suficiente para no volver a tener sed (Jn 4:14); el pan que otorga satisface el hambre (Jn 6:35); y la vida que da, es abundante y eterna (Jn 10:10). Qué contraste con Moisés, por quien vino la ley, la cual sólo vino a revelar la fealdad del pecado en el ser humano, mas no remediaba el mal que esclavizaba; pero en Jesús, llegaron la bondad divina y la verdad que nos encamina al Padre. No es que la ley fuera contraria, pero sí insuficiente; Cristo en cambio satisface ahora todo. Tal y como el apóstol Pablo lo dijo: “y vosotros estáis completos en él” (Col 2:10).