Comentario introductivo. Algunos piensan que Juan terminó su evangelio en el Capítulo 20, por que al final del Cap 21, se usan las palabras “sabemos” y “pienso”, es decir como que fueron sus discípulos quienes lo agregaron, además de otros puntos propios del capítulo. Los principales comentarios bíblicos no apoyan ese pensar, entre otros: La Biblia de Estudio Pentecostal, la Biblia de Estudio NVI, la Biblia de estudio MacArthur y el clásico Comentario Exegético y Educativo de la Biblia (Jamieson,Faisset, Brown), considerando el Capítulo 21 como propio de Juan.
Hasta ahora Juan ha narrado tres apariciones de Jesús; a María Magdalena, a los 10 y luego a los 11 con Tomás incluido. Parece que, según las instrucciones de Jesús, se trasladaron a Galilea después de la aparición con Tomás presente para verlo allí (Mr 16:7).
La expresión se manifestó, dos veces en un versículo, muestra la importancia de que esto sería el principal tema del capitulo: la manifestación clara y poderosa del Señor resucitado, para fortalecer y enraizar en sus discípulos la necesidad de predicar, así como restaurar a su discípulo acongojado. Esta misma expresión es tema repetitivo en los escritos de Juan, lo que argumenta a favor de su paternidad de este capítulo (Jn 1:31; 2:11; 1 Jn 1:2).
Respecto a Natanael, la tradición lo considera el mismo que se menciona en la lista de los 12 apóstoles con el nombre de Bartolomé (Mt 10:3), unido siempre a Felipe en ellas, quizá por ser éste último quien lo llevó a Jesús según narra Juan (Jn 1:43-51). De ahí que, al ver a Natanael en Galilea, y considerando que se encontraban en Galilea cuando fueron a Jesús (por lo tanto serían oriundos de la zona), es factible pensar que uno de los otros discípulos sea Felipe, en cuyo caso, es probable que el último de los dos sea Andrés, hermano de Pedro y que igualmente es originario de Galilea (Jn 1:44). Aun así no hay bases para afirmar con certeza quiénes son esos dos discípulos y queda abierto a conjeturas el por qué Juan omitió sus nombres.
La expresión de los ángeles, la profecía de Jesús y sus palabras una vez resucitado, llevaron a los discípulos al norte, como ya se dijo, quizá después de la aparición delante de Tomás, pero ¿qué los motivó a ir a pescar? No sabemos cuánto tiempo pasó desde que llegaron al mar de Tiberias (solo Juan le llama así por un poblado con ese nombre a sus orillas fundado por Herodes el Grande y nombrado así en honor a Tiberio César). ¿Tardaría Jesús en aparecer?, debe decirse que por el momento no tenían nada que hacer, entonces, ¿Se desesperaron?
Aunque podría pensarse que sólo lo hicieron para conseguir alimentos, la actitud y forma de ir a pescar parece llevar la intención de regresar a lo conocido. Pescar para llevar comida a la casa se puede hacer casi a cualquier hora, pero, si se quiere pescar y vender, la mejor hora es la noche para llevar pescado fresco a la venta a primera hora de la mañana, tal y como era la costumbre judía en esos tiempos Ya estaban en su tierra, su zona de confort, Jesús no aparecía, ¿qué hacer?, ¿regresar a lo conocido?, ¿y si Jesús no vuelve a aparecer?, quizá pensaron volver a lo que sabían hacer para llevar la vida normal que tenían antes.
Pero llama la atención que quien inició todo fue Pedro. ¿Qué había en su corazón que lo llevó a tomar esta decisión? Parece ser que, aun con la noticia de la resurrección de Jesús, algo más rondaba la mente y corazón de Pedro. Bajo esas condiciones de tristeza, una de las reacciones naturales del ser humano es regresar a lo conocido. De ahí el que regresaran a su trabajo antiguo. Si fue Pedro el que los motivó a pescar, el hecho de que no todos escucharan su invitación, muestra lo frágil que el grupo se encontraba.
Para Meditar: Cuántas veces la crisis de uno en la congregación, quizá el más visible, como un líder, puede ocasionar serios problemas en la iglesia. Pedro titubeó, y el grupo se dividió, Pedro buscó refugio en lo conocido y la incertidumbre los invadió al seguirlo. Pedro quiso dejarlo todo y . . .
Sí, Jesús resucitó, pero, ¿eso cómo cambia mi situación personal?, - pensaba Pedro. Sabiendo que le había fallado, aunque se arrepintió, podría cargar con el dolor de la muerte de Jesús; pero ahora que el maestro estaba vivo, ¿Cómo enfrentar la situación?, ¿Cómo mirarlo a los ojos?, ¿Cómo seguirlo? Es mejor huir para no pensar en esas preguntas inquietantes. El cristiano de hoy, vive experiencias semejantes y también medita: ¿Cómo lograr que el efecto de la obra redentora de Cristo se aplique y cambie la condición actual?
Para rematar la situación, no hubo éxito en el trabajo. No es posible imaginar todos los sentimientos que Pedro tuvo en ese momento, tres años siguiendo a Jesús, y aunque Él ahora estaba vivo y eso era motivo de alegría, todavía había un problema que no podía resolver: le había fallado al Maestro y no podía encontrar la forma de afrontar eso. Huyó a Galilea, se refugió en su trabajo; pero ni Galilea, ni el mar, ni su familia, ni el trabajo llenaron su corazón. Algo más, toda la noche haciendo lo que había hecho toda su vida antes de conocer a Jesús y no pescó nada
Nota de Carácter Ético: El liderazgo tiene un gran peso de responsabilidad sobre quien lo ejerce. Asumir la responsabilidad es parte del proceso de madurez de un líder. Entender que lo que un líder hace afecta su vida, pero también la de aquellos que están bajo su guía, ayudará a cuidar cada paso que se dé en la vida.