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Jesús purifica el templo, Jn 2:13-22 (Mt 21:12-13; Mr 11:15-18; Lc 19:45-46)  

Jn 2:13-14 “Estaba cerca la Pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén. Y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados” 

En la celebración de la Pascua, los judíos que vivían cerca, solían viajar cada año a Jerusalén para celebrar las fiestas solemnes. La ley y la tradición exigía que todos los judíos debían viajar a Jerusalén y no solo para celebrar la Pascua, sino también la fiesta del Pentecostés y la fiesta de los Tabernáculos (Ex 23:14-19). Los que vivían en tierras lejanas, hacían esfuerzos para llegar por lo menos una vez en su vida.

Durante estas fiestas, era común ver el templo lleno de vendedores y cambistas. Los viajeros que venían de lejos traían dinero para cambiarlo por mercancía y dinero, y así pagar el impuesto del templo.2 Bueyes, ovejas y palomas era comercializadas en altos precios. Los cambistas (que eran las personas que intercambiaban la moneda a los extranjeros) abusaban de los intercambios, mientras que los vendedores exageraban sus precios para luego llenar sus bolsas con grandes ganancias, usualmente deshonestas.

Nota Histórica: Los cambistas intercambiaban las monedas de los visitantes por otras que eran aceptadas en el templo. Algunos comentaristas afirman que los visitantes que venían de lejos traían monedas con la imagen del emperador, a quien rendían tributo los paganos. Por lo tanto, esas monedas no eran aceptadas en el templo, y los cambistas aprovechaban el momento para intercambiarlas por otras monedas que si eran aceptadas para las ofrendas y tributos. Pero, como es de suponer, abusaban de esas transacciones para enriquecerse.

La purificación del templo, Jesús la realizó en dos ocasiones. Al principio de su ministerio, como se narra aquí en Juan 2:13-22 en donde “echo fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas”. Y al final, con su último acto público, como lo narran Mateo 21:12-17; Marcos 11:15-17 y Lucas 19:45,46.

2 Earld D. Radmacher, Ronald B. Allen, H. Wayne House, Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia, Editorial Grupo Nelson. .