Los que buscaban a Jesús ni siquiera lo hacían para presenciar una señal más, sino porque ya tenían hambre, y Jesús tenía poder para alimentarles nuevamente, y sin trabajar. La pregunta que le hacen, más que demostrar preocupación, expresa su verdadero sentir. Jesús ejerce plenamente su omnisciencia para conocer lo que hay en el fondo de sus pensamientos (Jn. 2:25), de ahí su sentencia: ustedes me buscan “porque comisteis el pan y os saciasteis”. Duro prólogo para una lección tan hermosa, misma que es desarrollada magistralmente por Jesús.