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Jesús en la fiesta de los tabernáculos, Juan 7:10-24 

Jn 7:10-13 “Pero después que sus hermanos habían subido, entonces él también subió a la fiesta, no abiertamente, sino como en secreto. Y le buscaban los judíos en la fiesta, y decían: ¿Dónde está aquél? Y había gran murmullo acerca de él entre la multitud, pues unos decían: Es bueno; pero otros decían: No, sino que engaña al pueblo. Pero ninguno hablaba abiertamente de él, por miedo a los judíos"

El que no haya subido “abiertamente, sino como en secreto”, implica que no lo hizo con todos y como todos: junto a una caravana de peregrinos, que era común en ese tiempo por la fiesta. Aunado a la búsqueda de los judíos quienes, casi aseguraban que asistiría a la fiesta como todo buen judío, de ahí la seguridad de ellos al preguntar “¿Dónde está aquél?”

Las opiniones del populacho sobre Jesús no se hacían esperar, incluso por sus obras poderosas, y señales milagrosas, era de esperarse que Jesús despertara la voz de la gente. Dichas opiniones no eran generalizadas, más bien diferían una de la otra, mientras que algunos emitían su opinión de acuerdo a lo que veían en Jesús: “Es bueno”, otros eran influidos por los líderes del pueblo al refutar la declaración anterior, ya que decían: “No, sino que engaña al pueblo”. Sin embargo, la gente del pueblo, con todo y su aparente libertad de expresión, “ninguno hablaba abiertamente de él, por miedo a los judíos”.