El rico y Lázaro, Lc 16:19-31

Lc 16:22-23“Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Y murió también el rico, y fue sepultado.  Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio a Abraham de lejos, y a Lázaro en su seno."

Los judíos conocían bien esta terminología, sabían donde estaba Abraham y desde luego para Lázaro fue un gran honor ser llevado por los ángeles. En la tierra ¡Qué alivio, por fin ya no iba a estar el hombre pestilente! Por seguro que no hubo funeral y lo echaron a la fosa común. En contraste con el rico que al morir tuvo una gran ceremonia con la asistencia de todos los que comían a su mesa y que le rindieron honores, porque él había preparado con sus tesoros una buena tumba.

Pero la muerte iguala a todos, ricos y pobres, pasan a ese estado; las posesiones, títulos y señales de poder o prestigio, quedan atrás. Conforme a la enseñaza bíblica solo hay dos lugares a donde se irá antes del juicio final. Jesús usó la terminología de los judíos de su época, “seno de Abraham” (paraíso) para los justos; el lugar donde Abraham, Isaac y Jacob darían la bienvenida. En el lenguaje rabínico del siglo III “reposar sobre el seno” viene de la costumbre oriental de comer reclinados hacia la mesa por lo que la cabeza quedaba muy cerca del seno del que le antecede. Recibía más honor el que quedaba cerca del anfitrión.

Y el Hades (lugar de tormento) para los injustos. Hades (griego) es el equivalente de Seol (Hebreo). Lugar de castigo temporal para los impíos. Antes de ir al lago de fuego (Ap 20:14,15)