Sima, cavidad grande y muy profunda que se adentra en la tierra. Esto marcaba que nadie puede de la muerte regresar a la vida, y nadie puede ir del cielo al infierno, o del infierno al cielo. Existe una gran separación, que no se puede quitar.
Nota doctrinal: No existe una segunda oportunidad para arrepentirse, ni para lograr cambiar el destino de los muertos. Ni las indulgencias y rezos individuales o de grupo, pueden hacer que el fallecido vaya del infierno al cielo, o que pase primero por el llamado purgatorio, en donde purgue o pague por sus faltas, o sea purificado antes de pasar al cielo. No se podrán comprobar con las Sagradas Escrituras, esas enseñanzas que hacen tanto daño.