Una comparación entre dos hombres. Uno fariseo, que literalmente significa “separado”, pues se apartaban de la inmundicia ceremonial y de los gentiles.
Los publicanos eran judíos contratados para cobrar los impuestos romanos a la nación. Pero esto les ganó el odio y desprecio del pueblo y líderes religiosos, quienes les consideraban impuros.