En los evangelios de Mateo y Lucas aparecen estas tentaciones en forma explícita aunque en diferente orden, ya que Mateo las ordena cronológicamente y Lucas por ubicación: desierto, monte y Jerusalén.
La respuesta de Jesús frente a este tercer ataque, se basó en Dt 6:13. Las defensas a los dos embates del enemigo, Jesús las encontró en el libro de Deuteronomio también (Merril C. Tenney, el gran teólogo, describió a Deuteronomio como el libro que amaba Jesús) Se nos recuerda admirablemente que los mandamientos de Dios se deben aprender de memoria, repasarlos constantemente y ponerlos por obra. constantemente.
Para meditar: Previo a las citas anteriores, se encuentra el gran mandamiento de Deuteronomio 6:4,5 que los judíos han repetido diariamente a través de los siglos. Se les enseñó desde un principio que el único que merece la gloria y la alabanza es precisamente el Dios único: “Oye, Israel, Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”. Si los hijos de Dios desde pequeños aprendieran e hicieran suyo el contenido de este capítulo, llegarían a amar a Dios con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas. Los judíos lo han repetido diariamente, cuanto más los creyentes que tenemos a Cristo en el corazón.