Parábola del Sembrador, Lc 8:4-15 (Mt 13:1-15; Mr 4:1-20)  

Lc 8:4 “Juntándose una gran multitud, y los que de cada ciudad venían a él, les dijo por parábola: 

Las siguientes dos parábolas son ilustraciones de que el mensaje del evangelio es para todo tipo de personas. El texto muestra que el Maestro mismo podía ejemplificar la llamada “parábola del sembrador” pues salía literalmente a sembrar la semilla salvadora. Se puede ver a Jesús en esta narrativa con una acción “evangelio-centrífuga” puesto que salía “a todas las ciudades y aldeas” una labor de dentro hacia afuera; pero también se ve que la gente manifestaba una acción “evangelio-centrípeta” es decir, “los de cada ciudad y aldea” venían atraídos, de los bordes de la perdición hacia el centro de salvación que es Jesús. Los pasajes paralelos de Mateo y Marcos lo muestran sentado en una barca hablando con potente voz a los que en la playa lo escuchaban. (ver nota de Mt 13:1,2)

A la parábola se le ha llamado “símil extendido”, puesto que usa el símil como base: “semejan a...”, “como a...”. Jesús aplicó la parábola mejor que nadie. Mt 13:34: incluso dice “sin parábolas no les hablaba...” La parábola busca enseñar una verdad mediante una figura. Los detalles son tomados del entorno conocido y no consisten en “claves” o “símbolos secretos” que requieren desciframiento, sino normalmente son fáciles de comprender.

Cronológicamente la primera parábola que Jesús contó es la de los dos deudores de Lc 7:40-43; la última la de Los Talentos de Mt 25:14-30. La parábola más famosa es El Hijo Pródigo, la segunda más conocida es la que viene a continuación, la del Buen Sembrador.

Para meditar: Si todos hoy día imitamos esto, “salir” llevando la semilla, por seguro que las multitudes querrán acercarse al Dios que comunicamos con pasión y entrega. Es innegable que milagros que se realicen en el nombre de Jesús colaborarán para atraer a la gente necesitada y hambrienta de algo que les llene espiritualmente. Ver el poder de Dios en sanidades y milagros permite a las personas “palpar” el mundo espiritual accesible a su vida.

Los pentecostales han crecido mucho por el énfasis en los milagros. La iglesia pentecostal ha llegado a crecer hasta tres veces más que la tasa poblacional en varias regiones de América Latina1.

1 Pedro Lapadjiam, Huellas de una iglesia: la Iglesia Evangélica y su desarrollo en Uruguay, (Ed. Trilce, 1994)81