Muerte de Juan el Bautista, Lc. 9:7-9 (Mt 14:1–12; Mr 6:14–29)  

Lc 9:9 “Y dijo Herodes: A Juan yo le hice decapitar; ¿quién, pues, es éste, de quien oigo tales cosas? Y procuraba verle”.  

Mucha gente sabe el mal que ha cometido, pero son incapaces de arrepentirse de su maldad. Herodes bien admite “yo lo hice decapitar”, no negaba su perversión, pero tampoco buscaba el arrepentimiento.

No importa si uno tiene el poder de un rey, el pecado consumirá cada fibra del interior, la paz se irá como la arena del mar entre las manos, y el sueño huirá de los ojos. El abuso del poder extravía a los hombres, los enajena de la realidad, los enloquece, y a la hora de enfrentar la verdad, en el juicio final, ante el Gran Trono Blanco, ¿qué recompensa dará el hombre por su alma? (Mt. 16:26).