Los labradores malvados, Mr 12:1-12 

Mr 12:4-5 “Volvió a enviarles otro siervo; pero apedreándole, le hirieron en la cabeza, y también le enviaron afrentado. Volvió a enviar otro, y a éste mataron; y a otros muchos, golpeando a unos y matando a otros” 

Volvió a enviarles otro siervo, el amo de la viña no se conformó con la respuesta que llevó el siervo anterior, así que mostró misericordia y envío otro esclavo diferente al anterior, que no tenía voluntad propia, sino dependía totalmente de su amo; pero apedreándole, arrojándole piedras para descalabrarlo “le hirieron en la cabeza,” severamente “y también le enviaron afrentado” o sea insultándolo infamemente, lo zahirieron humillándolo, denigrando su identidad y deshonrándole.

Volvió a enviar otro, la misericordia de Dios es grande, no tomando en cuenta el dueño de la viña, lo que habían hecho los labradores con el otro esclavo, volvió a enviar a otro diferente, sin embargo éste tuvo peor suerte que los esclavos anteriores, pues a éste mataron, no se especifica la forma, la conjunción y muestra que el dueño de la viña, era muy paciente y no quería actuar con justicia, sino con misericordia, por lo que siguió enviando a otros muchos, pero éstos labradores malvados seguían golpeando a unos y matando a otros, sin que se arrepintieran de su maldad y teniendo en poco la paciencia del amo, que era el dueño de aquella viña. Esto parábola hace evidente referencia a los profetas que fueron golpeados, lastimados, heridos, denigrados, insultados, ultrajados, y muertos. (Jer 25:3-7; Mt 23:29-30).

Al escudriñar las Escrituras, se observa que Dios levantó profetas para invitar a su pueblo al arrepentimiento; sin embargo Israel endureció su corazón, como éstos labradores malvados, llegando a tener su conciencia cauterizada, tomando en cuenta la tradición oral y olvidándose de Dios, para seguir las tradiciones de los hombres.