La venida del Hijo del Hombre, Mr 13:24-37 (Mt 24:29-35,42-44; Lc 21:25-36) 

Mr 13:32-37 “32 Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.33 Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo. 34 Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase.35 Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; 36 para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. 37 Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad”   

La hora y la fecha sobre la segunda venida de Cristo nadie la sabe; y aunque Cristo es omnisciente, algunos dicen que posiblemente él renunció a este conocimiento en su encarnación para no perjudicar a los creyentes. (Fil 2:7). También por lo menos tres veces, en estos pasajes, Jesús les dice “Velad”, indicando la importancia de estar alerta antes su regreso.

Nota doctrinal: Dos cosas importantes se deben mencionar; primero, puesto que nadie sabe la hora en que el Hijo del Hombre habrá de venir, es nuestra responsabilidad mantenernos alerta a través de la oración (vv. 33) y así evitar ser sorprendidos. Segundo, la venida del Hijo del Hombre será de repente (vv. 36). No será parte de un proceso. Los eventos que sucederán antes de la segunda venida quizá sean en forma paulatina, pero el regreso de Jesús no.

Para meditar: Jesús dijo “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mt 24:37). Aunque Dios le había dicho a Noé lo que iba a suceder, no precisó de una fecha específica para el diluvio. Pero si dio la oportunidad a todos para asegurarse de entrar en el arca y ser salvos de aquel juicio divino. Pero nadie, excepto ocho personas fueron salvas (1 Ped 3:20).

En los días de Noé todos comían, bebían, y se daban en casamiento (Lc 17:27) lo cual indica que los hombres vivían, despreocupados y desenfrenados. Y a pesar del anuncio de Noe por entrar en el arca nadie creyó en el juicio de Dios, la puerta del arca se cerró y el diluvio llegó. Así será en los últimos días, solamente Dios sabe la hora en que el “Hijo del Hombre habrá de venir”. Por lo que los creyentes deben mantenerse alertas ante estos hechos y estar siempre dentro del arca de salvación que es Cristo. Toca a nosotros “velad”, para que cuando estas cosas sucedan, y Cristo regrese por su iglesia no nos encuentre durmiendo y nos perdamos las bendiciones de su reino.