Arresto de Jesús,14:43,44 (Mt 26:47-56; Lc 22:47-53; Jn 18:2-11) 

Mr 14:45-50 “45 Y cuando vino, se acercó luego a él, y le dijo: Maestro, Maestro. Y le besó. 46 Entonces ellos le echaron mano, y le prendieron. 47 Pero uno de los que estaban allí, sacando la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja. 48 Y respondiendo Jesús, les dijo: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? 49 Cada día estaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis; pero es así, para que se cumplan las Escrituras. 50 Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron”  

Judas tenía prisa para entregar a Jesús. La palabra “luego” que utilizó Marcos con frecuencia indica “prisa” (gr. Euthus). Por otra parte, el apóstol Juan indicó que Jesús se había adelantado a ellos para dialogar (Jn 18:4-7). De cualquier forma, Marcos y Mateo concuerdan en que Judas aprovechó aquel momento para acercase a Jesús e identificarlo a través de un beso. Las antorchas que llevaban aquellos hombres posiblemente no ayudaban mucho para reconocer a Jesús entre la oscuridad. Por tal razón, algunos comentaristas opinan que fue el beso de Judas la señal adecuada para reconocerlo y no dar márgenes para un error.

Pero uno de los que estaban allí, saco su espada, hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja. Solo Juan identificó a Pedro como el agresor, quien también aseguró que aquel siervo se llamaba Malco (Jn 18:10). Después de esto, el apóstol Juan continuó diciendo que Jesús pidió a Pedro que guardara su espada, recordándole que era necesario que todo esto aconteciera (Jn 18:11). Recordemos que Juan fue testigo ocular, y aún los comentaristas opinan que esa fue la razón por la que el aportó más detalles sobre este hecho.

El hecho de que estas personas hayan llegado con palos y armas, sugiere la errónea perspectiva que poseían, sobre un Jesús revolucionario. El les cuestionó: “¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? La palabra “ladrón” se usaba generalmente para referirse a los salteadores de caminos. Además, Jesús les cuestiona sobre las posibilidades que habían tenido para prenderlo en otros momentos, pero al parecer nadie pudo responderle; quizá porque algunos habían quedado sorprendidos por Jesús (Jn 18:6); no obstante, Jesús no se resistió al arresto y agregó que estos sucesos cumplían las escrituras y la voluntad de Dios (V.49).

Finalmente, así como Jesús ya lo había declarado, los discípulos fueron dispersados. “dejándole, huyeron”. Aun Pedro, que valientemente había sacado una espada, le dejó y se fue a esconder.