Una legión romana podía estar formada hasta por seis mil hombres bien entrenados, organizados y con un gran poder de conquista sobre el enemigo a vencer. Esto nos puede dar una idea del númeo de demonios que poseían a aquel hombre. Tales espíritus inmundos que habitaban en este hombre tenían un control absoluto sobre la situación y no había poder humano que liberara a esta alma afligida.