Lo que contamina al hombre, Mr 7:1-23 

Mr 7:4 “Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos”. 

Es maravillosa la forma en que Marcos hace mención de los rituales a los que eran sometidos los judíos en ese tiempo. En las plazas, según ellos, se contaminaban sus cuerpos; la frase “si no se lavan”, implica lavarse el cuerpo completo, pues si no lo hacían de esta manera creían que estaban inmundos delante de Dios. Pues para un judío ser tocado por un gentil, por una mujer en sus días de flujo de sangre y muchas otras formas que menciona la Ley, los convertían en inmundos ceremonialmente. Todo esto, tomado de forma legalista los hacía observar escrupulosamente sus rituales para mantenerse puros. El problema fue el énfasis legalista en el que se empezaron a conducir, imponiendo cargas pesadas a los demás.

“Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar”, vasos donde bebían, los jarros, utensilios de metal, y los lechos donde dormían, eran muy exclusivos, si algún gentil tomaba algo de ellos se contaminaba, haciendo necesario todo un ritual ceremonial para purificarlo.