Ante la necesidad de enseñanza, el maestro, como era la costumbre entre los rabinos, se sentó, y empezó la lección, el que tenga el anhelo vehemente de ser el primero o el de mayor dignidad de los doce (protos: superior al resto), tiene que convertirse en el segundo después de cada uno. Además de atender las necesidades de cada uno de los once (diakonos:servidor de).