Si en verdad (hos eav), los discípulos querían seguirle, deberán ser accesibles y dar la bienvenida (dexetai) a todo aquel nacido de nuevo en el evangelio de Jesucristo y enseñarles los atributos y la naturaleza (onomati: nombre) redentora del Hijo de Dios que venía a salvar a la humanidad. Ya que, el que alegremente da la bienvenida al evangelio de Jesucristo a un recién convertido, recibe a Dios que envió (Aposteilanta: llamado) la salvación al mundo por medio de su Hijo Jesucristo.