Jesús le responde a su aprendiz Juan, que no se lo impidan rotundamente, ya que el realizar milagros (dynamis) sólo es para aquellos que han comprendido la naturaleza misericordiosa del Hijo del Hombre y los atributos del Padre Celestial. Por lo tanto el que obra milagros de misericordia no puede hablar contra el evangelio, ya que la fuente de poder está en el mismo Dios.