Mateo 11:7-11 - "Mientras ellos se iban, comenzó Jesús a decir de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿O qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que llevan vestiduras delicadas, en las casas de los reyes están. Pero ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. Porque éste es de quien está escrito: He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti. De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él."


Jesús contrasta y corrige la actitud de la gente que escuchó las dudas que Juan hace públicas, en vez de condenar a Juan por enfrentar con honestidad su crisis, lo elogia públicamente. Israel tenía en alta estima a Juan el Bautista (3:5; 21:26) por lo que la defensa la efectúa haciéndoles tres preguntas retóricas:

¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? Estas dos preguntas usan una partícula que puede ser traducida mejor como porqué sin cambiar el sentido, ésta partícula en griego es un pronombre interrogativo que denota una contestación obvia y negativa. Las cañas sacudidas por el viento son símbolo de inseguridad y debilidad, Jesús le dice que no vieron a Juan el Bautista en todo su ministerio como un hombre vacilante, porque es incorrecto condenar a una persona que ha demostrado toda su vida rectitud y honestidad y pasar por una crisis de fe al final de su ministerio.

¿O qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que llevan vestiduras delicadas, en las casas de los reyes están. Las preguntas anteriores no las contesta Jesús, pero en estas preguntas si emite una respuesta. Jesús usa la imagen de los hombres que se cubren con vestiduras delicadas porque han cambiado la Gloria de Dios para quedar bien con sus autoridades; pero Juan se vistió como un profeta del pueblo (3:4) con pelo de camello en lugar de vestiduras finas. Jesús explica la causa verdadera por la que Juan está en la cárcel del palacio de Herodes en lugar de una lujosa habitación: por señalar el pecado a Herodes (14:4). Como bien señala el Comentario del Conocimiento Bíblico Jesús no duda de Juan el Bautista sino que le considera un verdadero profeta que proclamaba el mensaje en el que Dios exigía arrepentimiento.4

Pero ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. Jesús no duda del ministerio de Juan, lo confirma elogiando su ministerio al mencionar que es más que un profeta. La humildad que tuvo Juan se refleja en su contestación al negarse a aceptar el título como si fuera el Cristo y tampoco se consideraba profeta (Jn 1:23). La Escritura dice que fue “Elias regresando” como estaba profetizado en Malaquías 3:1 y 4:5. Jesús lo considera como el último de los profetas que anunciaría al Mesías y el primer predicador del Reino del Mesías. Jesús termina su declaración diciendo Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista.

Para Jesús el ministerio y persona de Juan están por encima de los grandes siervos del Antiguo Testamento; en Hebreos 11 se da una gran lista de héroes de la fe, pero aquí Jesús honra el ministerio de Juan, la grandeza de Juan radica en el mensaje de arrepentimiento que preparaba el camino del Mesías, en la llenura del Espíritu Santo desde el vientre (Lc 1:15), en la forma en que cumplió con su llamado con toda humildad para no atraer hacia su persona la adoración sino menguar para que Cristo creciera (Jn 3:30).

Pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él. Jesús en ésta frase compara el privilegio superior que los ciudadanos del reino de los cielos tienen por el nuevo pacto que Jesús estableció, las bendiciones de la gracia son mucho mayores para el creyente por la muerte y resurrección del Hijo de Dios.5

Para Meditar: Jesús conoce lo que hay en el corazón del hombre, sabe que el ser humano es voluble, lo hermoso es que no se deja engañar por las apariencias, cuando un siervo se encuentra en crisis, Jesús lo levanta, mira toda su vida. La opinión que Jesús tiene de cada uno de sus seguidores es siempre mejor, mayor y más real, que la opinión que el mismo siervo tiene de sí mismo. Cada persona debe considerar que para formarse una opinión cierta acerca de un hombre, hay que tomar en cuenta toda su vida.6

4 Walvoord, J. F., & Zuck, R. B. (Eds.). (1995). El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Nuevo Testamento, tomo 1: San Mateo, San Marcos, San Lucas (p. 51). Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C.

5 Rı́os, A. (1994). Comentario bı́blico del continente nuevo: San Mateo (p. 143). Miami, FL: Editorial Unilit.

6 Hendriksen, W. (2007). Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelio según San Mateo (p. 507). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.