Jesús explica la parábola de la cizaña
Mateo 13:36-43 “Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga”.

Las primeras cuatro parábolas fueron expuestas ante la multitud. Una vez que la gente se retiró, Jesús regresó a la intimidad de la casa con sus discípulos, quienes una vez más solicitaron una explicación sobre sus parábolas. En la parábola de la cizaña se hace referencia a varios personajes:

  1. - El Hijo del Hombre (Cristo). Es quién siembra la semilla en el mundo.

  2. - El mundo. Simboliza el campo donde cae la semilla

  3. - Los hijos del reino y los hijos del malo. Se distinguen los primeros como la buena semilla o el trigo; mientras que los segundos son identificados con la cizaña.

  4. - El diablo. Es el enemigo –διαβολος (diábolos) calumniador, amante de los chismes maliciosos-, el que siembra o coloca la cizaña junto al trigo. De ahí que la iglesia está en constante exposición a calumnias y chismes maliciosos.

  5. - El fin del siglo. Es el tiempo de la siega, cuando serán separados el trigo de la cizaña; ésta para ser quemada y destruida, y aquél para ser conservado.

  6. - Los ángeles. Son los segadores. Se trata de un ejército celestial a las órdenes de Cristo, los cuales están listos para exterminar lo inservible de la cosecha. Ellos serán enviados para recoger a todo el que sirve de tropiezo para ser arrojado al horno de fuego. Entonces en la plenitud de los tiempos, los justos resplandecerán.


En los versículos 24-30, el Maestro enfatizó la decisión del padre de familia que permitió al trigo y la cizaña crecer juntos para explicar a sus discípulos sobre el trasfondo religioso de la ilustración. Pero el clímax de la parábola ahora se centra en los eventos del porvenir y la siega futura en la que se decidirá el destino eterno del trigo y la cizaña.

Finalmente, podemos apreciar la consumación del reino, que en su estado actual es imperfecto y convive con el trigo y la cizaña y con el buen grano y la semilla falsa, pero que en el futuro será diferente porque existirá en un medio perfecto en el que sólo se hallarán los hijos del reino, puesto que el tiempo de la siega habrá llegado.

Para Meditar: La tarea de la separación del trigo y la cizaña no es una labor de la iglesia, ni tampoco una acción del tiempo presente. Será llevada a cabo por los ángeles en la consumación de los tiempos. Preocupémonos por distinguir los tiempos de Dios y seamos fieles colaboradores en la expansión del reino.