Tesoros nuevos y viejos
Mateo 13:51-52 "Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor. Él les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas”.

Jesús concluyó su discurso preguntando a sus discípulos si habían entendido el significado de las parábolas. Fue necesario dejar en claro su comprensión, pues ellos serían encargados de transmitir estas verdades fundamentales del reino.

Estas parábolas encierran verdades en dos esferas cronológicas:

1. La realidad presente del reino y su expansión que restituye la relación del hombre con Dios.
2. La realidad futura del reino. El destino final en el que se consumará el reinado sobre la tierra, haciéndose separación de los malos y de los justos.

Los destinatarios de este conocimiento pueden separarse en dos grupos: la muchedumbre -los primeros 4 relatos de carácter general-, y los discípulos, a quienes se les explicó con detalle los sucesos futuros.

El propósito del método parabólico que usó Jesús quedó claro: revelar los misterios del reino y también su calidad de Mesías, a disposición de todo aquel que escuchara atentamente con un noble deseo de entender.

Los discípulos sabiamente instruidos sacaron provecho de su tesoro. De lo viejo (el judaísmo) y de lo nuevo (el cristianismo). Habían sido instruidos en la ley de Moisés y ahora acerca del reino de Dios, que les enseñaba lo nuevo, pero sin olvidar el valor de lo antiguo. El mensaje debe ser proclamado y dado a conocer en su sentido más amplio a una iglesia naciente.