Jesús anuncia otra vez su muerte (Mr 9:30-32; Lc 9:43-45)

Mateo 17:22-23 “Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; mas al tercer día resucitará.
Y ellos se entristecieron en gran manera”. 

El Hijo del Hombre será entregado… Jesús usa otra vez el título Hijo del Hombre como un recordatorio de su identificación con la raza humana. La reiteración de este aviso muestra la firmeza de Jesús y su convicción de subir a Jerusalén para completar su obra redentora: “Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén” (Lc 9:51).

Las manos de los hombres a los cuales sería entregado Jesús, fueron los líderes religiosos representados por la casta sacerdotal en contubernio con el imperio romano. El complot se estaba preparando: “Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales. Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación.  Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada; ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca” (Jn 1:47-50). Sin embargo, se tiene que reconocer que estos dos grupos de poder de los tiempos de Jesús, solo fueron instrumentos permitidos por Dios para redimir a la humanidad.