Nadie sabe el día y la hora, Mt 24: 36-51
Mateo 24:44-51 “ Por tanto también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensais“¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir;  y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.”

Estos últimos versículos dejan ver lo que Jesús espera de sus hijos mientras esperan su venida, después de cuidar en forma individual su vida, necesitan trabajar para su Señor, ser responsables y diligentes mayordomos de lo que se ha puesto en sus manos para administrar porque solo así será digno de confianza.

La persona podrá ser reconocida y recompensada por su fidelidad, ésta palabra se traduce del término griego “pistós “y en este contexto significa fiel obediencia.

Contrario a lo anterior es aquel siervo que especula en cuanto a la venida de su señor diciendo que aun falta tiempo y se entrega a los placeres de la vida hasta el punto de olvidar las enseñanzas de su Señor y en lugar de amar a su prójimo, les golpea y maltrata, entonces cuando venga su amo será castigado duramente.

El término castigar significa que lo cortará en dos, o bien lo separará o fulminará (Lv. 20:18) eso representa que no tendrá parte en el Reino de Dios entonces ese “será el lloro y el crujir de dientes” que significa sufrimiento y desesperación.

Para Meditar: En muchas ocasiones los creyentes vemos nuestra relación con el Señor como algo natural, y en realidad así debe de ser, un estilo de vida, pero es importante valorar la gran bendición que esto representa, porque el mayor castigo para el ser humano es la separación permanente de su presencia; en otras palabras el ser cortado definitivamente de su comunión. Bien haríamos día a día, agradecer su grande amor y la bendición de que podemos estar en esta comunión íntima con Él.

Los cristianos del primer siglo pensaban en la venida del Señor como algo inminente y sorpresivo tanto que su saludo era “maranatha” que significa Cristo viene; pero no era un simple saludo, si no que la palabra traía una carga de reflexión, donde el receptor del saludo era confrontado a hacer una revisión de su vida con el fin de estar listo en todo momento para ese encuentro. Cuanto más nosotros, los que vemos a la distancia las palabras del Señor debemos estar preparados de forma activa, haciendo su voluntad y llevando las nuevas de salvación a los que aun no le han conocido.