La resurrección, Mt 28:1-10 (Mr 16:1-8; Lc 24:1-12; Jn 20:1-10)
Mateo 28:5-6 “Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor”.

Un mismo evento tiene dos reacciones, “vosotras” marca la diferencia; a los seguidores de Jesús se les exhorta a no temer, porque el propósito de estas mujeres al ir al lugar era distinto al de los soldados, ellas necesitaban confianza para lo que vendría en unos minutos más adelante: encontrarse con su Señor. No podían quedar inmóviles, al contrario, los ángeles las invitaron a observar las evidencias, a entrar y ver la tumba vacía. Muy contrario al temor de los soldados, llenos de temor y espanto ante el poder de Dios manifestado .

Otra declaración poderosa que hace el ángel es “no está aquí”, a Jesús no se le iba a buscar más entre los muertos, Él mismo había declarado que al tercer día se levantaría y ya estaban en tiempo, ahora Él está vivo, ellas fueron invitadas a ser testigos de la evidencia contundente de la resurrección.

Para Meditar: Los enemigos de Jesús estaban muy pendientes de las palabras dichas por Jesús, tanto que mandaron resguardar la tumba aduciendo que los suyos podían robar el cuerpo y decir que había resucitado. Pero si vemos a los suyos (los discípulos y las mujeres) parece que no esperaban tal evento, ya que cuando las mujeres van al sepulcro, confunden a Jesús con el hortelano y le preguntan por el lugar donde puso el cuerpo de Jesús. Hoy en día es posible que los creyentes estemos en situación igual sin traer a la memoria sus palabras y promesas y andar buscando entre los muertos al que vive.