Entonces Herodes urde un plan para arreglar la situación. Él investigaría donde estaba ese recién nacido y lo asesinaría, pero, ¿cómo lograrlo? Su primer paso fue llamar a los líderes espirituales de la nación para investigar más sobre el tema.
Nota Histórica: Los principales sacerdotes eran un grupo conformado por los sacerdotes y el sumo sacerdote en función, junto a los que habían ocupado ese puesto, (por eso aparecen simultáneamente Anás y Caifás) los romanos hacían cambios obedeciendo a sus propios intereses dando ese lugar tan especial a personas que gozaban de su favor y no necesariamente por ser legítimamente de familia aarónica.
Los escribas eran maestros expertos en la ley, quienes se dedicaban a la docencia y se les llamaba rabí o rabino, algunos eran fariseos y otros saduceos, ellos junto con los principales sacerdotes y los ancianos conformaban el grupo de teólogos que podían dar respuestas al rey. Y así lo hicieron, trayendo ante el rey la cita de Miqueas 5:2, donde claramente se indicaba que el Mesías nacerá en Belén. El primer paso estaba dado, Herodes ya sabía dónde estaba el niño, pero ¿cómo confirmar que ahí está?, y ¿cómo llegar hasta él sin sospechas? Ahí entra en juego la siguiente parte de su plan.