Mateo 4:5-7 “Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo,  y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti,  y, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra.  Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.”

Jesús fue llevado al lugar más alto de Jerusalén, quizás no el más alto de Israel, pero si lo suficiente como para que, al lanzarse y no morir, fuera visto por todos y recibir gran reconocimiento. Flavio Josefo habla que en la parte oriental del templo había un barranco tan alto que quien se acercara a la orilla sentía vértigo, por lo que era imposible saltar y salir con vida sin la ayuda de Dios.

Satanás fundó su argumento en la misma Palabra de Dios “Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra.” (Sal. 91:11-12) Y ciertamente, esa es la promesa de Dios para aquellos que viven bajo la sombra del Omnipotente. Es la promesa de la seguridad y protección que tenemos en Dios.

Para Meditar: La Biblia dice verdad en esto, y aunque el diablo lo repita sigue siendo verdad, sin embargo, lo usa fuera de contexto, ya que constituye una desobediencia a la Palabra de Dios. Si Jesús se hubiera lanzado no estaría probando lo correcto de la afirmación del Salmo 91, y Él “no puede ser probado” (Santiago 1:13). La Palabra profética señalaba que el Mesías esperado vendría como un siervo sufriente (Isaías 53) no en los brazos de ángeles.

Por ello la respuesta de Jesús “Escrito está…No tentaréis a Jehová vuestro Dios, como lo tentasteis en Masah “(Deuteronomio 6:16), refiriéndose al reclamo de Israel “… ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?” (Éxodo 17:7). Cuando evidentemente sí estaba Dios entre ellos. En verdad tenían sed y necesitaban agua y habían visto muchas veces como el Señor les socorría; solo debían pedirlo y Dios lo haría. Pero escogieron murmurar contra Moisés y contra Dios, y dijeron ¿Dónde pues está Dios, no dice que es muy poderoso? Ese es el significado de fondo, esperar que Jesús saltara.

Para Meditar: Muchas veces actuamos así, saltamos del pináculo para ver si es cierto que Dios nos sostendrá, actuamos así cuando hacemos cosas y luego pedimos a Dios que bendiga nuestras decisiones, para después buscar explicaciones de por qué las cosas no resultaron como queríamos, y finalmente lamentarnos o renegar de Dios porque no obtuvimos lo que deseamos. Queremos que Dios bendiga nuestros planes y proyectos, pero no queremos tomarlo en cuenta cuando los estamos preparando. Nos olvidamos que “Dios no puede ser tentado” (Santiago 1:13).