Jesús señala la importancia de la reconciliación al momento de traer ofrendas al altar. El oferente debía perdonar ó ser perdonado antes de presentarse delante de Dios. En estos versículos podemos recalcar al menos tres cosas importantes:
Primero. La importancia de la reconciliación y la fraternidad antes que la religiosidad y el fervor tradicional v23,24.
Segundo. Que no es conveniente la indiferencia entre dos hermanos que están enojados. El señor nos urge a resolver nuestras diferencias lo antes posible y no dejar que los conflictos se acrecienten v25.
Tercero. Que las diferencias no resueltas constituyen un obstáculo para la armonía entre las personas y que proveen un ambiente de reclusión muy costoso para la unidad en la familia de Dios.
Para Meditar: Mientras que la unidad fortalece las relaciones, la división las arruina. Ningún reino permanece, si está dividido (Mr 3:24-25) y no es posible andar el mismo camino si dos no se ponen de acuerdo (Amós 3:3).Por tanto, es preciso lograr la reconciliación y ponerse de acuerdo con el hermano en conflicto. Después de todo, remover el orgullo y evitar el desdén ciertamente nos traslada a la libertad y de paso nos acerca a la voluntad de Dios.