Este versículo inicia con una negativa, pero no significa que el Señor Jesús esté en contra de que el creyente sea bendecido materialmente o se vuelva previsor en su vida; al contrario, le invita a ser buen administrador de sus recursos e incluso da por sentado que los padres ahorran para sostener y dejar alguna herencia sus hijos (Pr. 13:22; 2 Co. 12:14).
Pero la enseñanza principal estriba en los valores eternos que podemos acumular, tesoro incomparable que es digno de crear y proteger. Por la persona directamente para su propio beneficio, pero también como la mejor herencia que se puede dejar a los hijos.