Al parecer era costumbre en Israel blanquear los sepulcros, no existían los panteones como ahora, sino que cavaban cuevas para las sepulturas. Blanquearlos era señal de respeto al muerto, pero también para los vivos, para evitar tocarlos y contaminarse impidiendo su participación en los ceremoniales hasta que fuera limpio.
Esta también es una expresión de su costumbre de hermosear lo externo con una conducta en apariencia muy moral y religiosa, pero que al igual que los sepulcros, su contenido era inmundo. Con su aparente piedad ocultaban su corrupción espiritual. Se puede dar apariencia de santidad, pero Dios que todo lo ve, no puede ser engañado con una máscara piadosa.