La frase ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Tiene su origen en lo dicho en el Salmo 82:6 donde se les da un rango de superioridad, llamando dioses a los jueces porque eran los responsables de aplicar la autoridad judicial considerada propia de un dios, parecido a lo que Moisés ostentaba cuando Jehová le dijo que él sería como dios para Aarón.
Lo anterior es usado por Jesús como argumento para decirles que si se había aplicado ese término a mortales (Sal. 82:7), no era una blasfemia aplicarlo al Hijo de Dios, quien había dejado ver que pondría su vida y la volvería a tomar mostrando que la muerte no le detendría.