Jesús no dejó nada pendiente y respondió a la pregunta de Pedro de a dónde se dirige (13:36), y de Tomás sobre el camino (14:5). Ahora surgió una nueva intervención de sus discípulos, esta vez es Felipe quien solicitó que se le muestre al Padre y sería suficiente para él. Felipe llama a Jesús Señor, título que a estas alturas no lo mencionaban solo como señal de respeto sino de una manera más profunda. La petición del discípulo atrevido corresponde a las palabras recién mencionadas de Jesús, que dice que le habéis visto, refiriéndose al Padre, y Felipe en su impulso por saber bien de lo que se está hablando pide a nombre de todos: muéstranos al Padre.